Álbum Amateur VS Álbum Profesional

En el post de hoy voy a exponer una problemática con la que me encuentro diariamente en mi trabajo e imagino que viene dada por el desconocimiento de esta profesión a nivel interno por parte del público general. Por eso he pensado que sería de gran ayuda explicar el enfoque de un fotógrafo acerca de las diferentes alternativas a la hora de visionar las imágenes de una sesión profesional.

En este aspecto, normalmente ofrezco a mis clientes la posibilidad de escoger entre pack digital o pack con álbum. Hago esto porque entiendo que no todo el mundo dispone del mismo presupuesto para invertir (-ya que la fotografía no deja de ser un lujo y no un bien de primera necesidad-), pero no porque esté a  favor de entregar mi trabajo en formato digital. Esta contradicción supone un dilema para mí. ¿Por qué? 

Para empezar, una imagen vista desde cualquier pantalla digital (móvil, ordenador, I-Pad, televisión...) siempre va a depender de la calibración de la misma y la diferencia existente entre el espacio de color de la propia imgen y del dispositivo tecnológico. Traduciéndolo a un lenguaje más coloquial, esto significa una gran alteración de los colores en la fotografía, pudiendo variar dependiendo del soporte con el que se está viendo. Por poner un ejemplo práctico: una piel de aspecto natural y sano puede llegar a verse en tonalidades verdosas o anaranjadas, otorgando la sensación de que el retratado no dispone de un buen estado de salud.

Por otro lado, una imagen digital jamás va a tener la calidez de una imagen impresa: palpable, mágica y acogedora.

Otro de los riesgos de entregar mi trabajo en formato digital es la posibilidad de que el cliente decida imprimirlas en imprentas de calidades bajas destinadas a un público amateur.

Estoy segura de que esta elección viene dada, por una parte, por la diferencia de precio y el ahorro económico que eso conlleva (no olvidéis que lo barato sale caro), pero por otro lado, es producto del desconocimiento sobre el “mundo impresión”.

Una impresión en un álbum amateur no sólo no mejora el resultado de mi trabajo -como sí lo hacen los álbumes profesionales-, sino que lo empeora: peor calidad y menor variedad de materiales, menor definición de las imágenes, alteración de los colores y la exposición (luces y sombras), encuadernación de peor calidad, mayor ruido digital… y un sinfín de características más.

Cabe destacar que las imprentas profesionales sólo trabajan con fotógrafos profesionales, exigiéndonos estar dados de alta como autónomos, para así asegurarse de que un producto tan exclusivo y de tanta calidad tendrá los resultados más óptimos gracias al saber hacer de expertos en la materia.

Por todas estas razones, siempre aconsejaría a mis clientes el pack que incluye impresión profesional, pues nos aseguramos de que los resultados van a estar controlados en todo momento y la calidad va a ser máxima. 

Una sesión fotográfica es un tipo de servicio que no se contrata muy a menudo y un álbum impreso es un producto que puede durar toda la vida. ¿Por qué no invertir en conseguir unos resultados a la altura?

Incluyo vídeo de uno de mis últimos trabajos impresos, para mí la elección está clara: ¡Impresión Profesional SIEMPRE!



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